La vida de una oveja es más fácil que la vida de un león. Las ovejas reciben comida y agua libremente por su pastor, y están protegidas de los depredadores por refugios que no construyeron. Pero estas comodidades unen a las ovejas a la esclavitud. Las ovejas son criadas para ser más débiles de la mente y el cuerpo, para exigir la protección del pastor tan grandemente que puedan estar libres de cadenas físicas, pero nunca desviados. Lo suyo es toda una vida de servidumbre, una que se siente cómoda, pero termina por capricho del pastor.
Los leones no tienen maestros. Aunque el león debe cazar su propia comida y buscar su propio refugio, es libre de vagar por donde desea y requiere que nadie abra su puerta. Aunque la vaguada de alimentación de las ovejas está llena, es sólo con la hierba y el grano de la elección de su dueño. Un león debe cazar y perseguir sus comidas, pero se deleita en cualquier cosa que atrapa.
La riqueza y el poder nunca llegan a aquellos que simplemente esperan a que lleguen. Algunos humanos eligen ser ovejas. Desean la libertad, pero dependen de que otros provean su confort, luchando por las riquezas, pero invirtiendo poco esfuerzo para lograrlo. Gritan en protesta cuando están cercados y atrapados – enojados porque no son libres como los leones – pero aceptan la comida del pastor, sin embargo. Aunque se rebelan de día, siempre vagan a casa por sus jaulas de noche.
Hno:. C.L. Alejandro Naranjo Moreno
R.L Soles y Rayos de Oriente #7
Montevideo, Uruguay
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