¿Por qué atraemos a nuestra vida cierto tipo de personas y no otras? Seguramente porque existe una lección que necesitamos aprender para poder pasar de curso; recordemos la Ley formulada por Hermes Trimegisto… como es adentro es afuera… por lo tanto en esta línea y recogiendo lo que decía Honore de Balzac…aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia, aunque nada cambie si tú cambias todo cambia. Si por ejemplo te la pasas atrayendo a tu vida personas que de algún modo abusan de ti, sería bueno examinar qué carencia hay en ti para que acojas estos perfiles que no te convienen, conócete y sana tu interior y atraerás a personas de una calidad humana muy diferente.
Para eso nos resultará muy útil la Ley del Espejo, que afirma que la realidad de nuestra vida, es el espejo de nuestro corazón. En su pequeño y valioso libro sobre este tema el japonés Yoshinori Nogushi, nos brinda claves importantes para que ese trabajo trascendente sea fuente de transformación y felicidad.
Nogushi dice que la vida es un espejo que refleja nuestro corazón y que, por esa razón, por ese motivo ocurren acontecimientos que sintonizan exactamente con nuestro interior, también se puede expresar así, la causa se halla en nuestro interior y entonces se hace realidad como efecto. Esto es una excelente noticia, puesto que si examinamos lo que hay dentro de nosotros tendremos la posibilidad y eventualmente el poder de cambiar nuestro mundo, también dice que si nos llenamos el interior únicamente de insatisfacción, cada vez ocurrirán más acontecimientos que querrán expresar este descontento, esta ley se corresponde con la profecía del auto cumplimiento…aquello que tememos, se acaba cumpliendo, el miedo a perder nos hace perder, porque el miedo ya existe en nuestro interior y acapara toda nuestra energía creativa, Nogushi también dice que si tenemos el corazón siempre lleno de gratitud, de agradecimiento, ocurrirán más acontecimientos que nos harán sentir más agradecidos.
En el otro lado del espectro este es el poder de la gratitud que entrena nuestra mirada para encontrar las cosas bellas de la vida, nosotros vemos aquello que nos interesa, vemos aquello que llevamos dentro. En este sentido al igual que cuando nos miramos a un espejo podemos ver nuestra propia imagen, si miramos lo que nos sucede en la vida, podremos conocer que tenemos dentro del corazón, según la Ley del Espejo, las cosas que nos suceden, son un reflejo de la emisora que tenemos sintonizada en nuestro interior, en este sentido tal y como, cuando nos miramos al espejo y nos encontramos despeinados no extendemos un gesto hacia el espejo, sino que buscamos componernos hacia nuestra posición, pues de forma parecida, para resolver de raíz los problemas de la vida, es necesario eliminar la causa que se haya en nuestro propio corazón, si no cambiamos nuestro interior y únicamente esperamos que cambien los otros y las situaciones, será difícil conseguir una transformación.
En cierta ocasión un pintor famoso realizó un cuadro de gran belleza, satisfecho con el resultado de muchas horas de trabajo, el hombre decidió hacer una exposición pública de su obra, el día señalado muchísimas personas acudieron a la sala donde iba a tener lugar el evento, las autoridades locales, la prensa y gran cantidad de expertos y también algunos comerciantes de arte, llegado el tan esperado momento, el mismo pintor tiro de la sabana que cubría el cuadro y hubo un instante de silencio, las personas admiraron atónitas el cuadro y después estalló un caluroso aplauso. El cuadro mostraba la imagen de una persona mirando al espectador con ojos tristes en un jardín oscuro, con una mano sostenía un viejo farol que iluminaba el ambiente y con la otra, llamaba a una puerta de madera de aspecto pesado y fuerte, el realismo de la pintura era tal, que se percibía en esta persona el deseo de ver la puerta abrirse. Cuando terminó el aplauso un observador curioso hizo notar al pintor un error en la representación – el cuadro- le dijo no ha sido acabado, a la puerta le falta el pomo para abrirla, – no es un error-, contestó el pintor, la puerta representa el corazón de la persona y el corazón, añadió el pintor sólo se puede abrir, desde adentro.
Muchas personas al levantarse cada mañana, se arreglan el cabello, porque no se arreglan también el corazón.
Alex Rovira Celma
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