Ser “libre y de buenas costumbres” es la condición preliminar que se pide al profano para poder ser admitido en nuestra Orden, condición necesaria de todo progreso moral como espiritual, de todo adelanto en el sendero de la Verdadera Luz, o sea de la Verdad y de la Virtud.
Libre de los prejuicios y de los errores, de los vicios y de las pasiones que embrutecen al hombre y hacen de él un esclavo de la fatalidad; de buenas costumbres por haber orientado su vida hacia lo más justo, hacia lo más elevado e ideal.
Para ser hombre de buenas costumbres deberá honrar a su familia, ser tolerante y respetuoso con las ideas de sus semejantes. Imponer la seriedad de los conceptos morales, mantener el decoro y la ética en las formas y conductas de su vida privada y pública.
Hombre libre es aquel que tiene libertad para expresar sus pensamientos, no acepta imposiciones que atenten en contra de sus principios, no está atado a ningún dogma que oscurezca su inteligencia y pervierta sus sentimientos, y carece de vicios que lo esclavicen.
Como el Caballero de la Luz debe aprender a pensar por sí mismo, llegando al convencimiento y al conocimiento directo de la Verdad.
El abandono de las cualidades y adquisiciones que brillan con luz ilusoria en la inteligencia e impiden la visión de la Luz Fraternal. De nada le sirven las creencias y prejuicios que constituyen la moneda corriente del mundo. Las adquisiciones materiales, con las cuales nunca se paga o se compra la Verdad, a la cual cada iniciado debe llegar con esfuerzo individual.
Hno:. Michel Alvarez Cancio
Logia: Soles y Rayos de Oriente No.7
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