BREVE TRIBUTO AL DÍA DE LA CULTURA DE LA. NACIÓN CUBANA, PORQUE UN DÍA SIN CULTURA, ES UN DÍA SIN PATRIA
Pocas veces se piensa en la cultura sin pensar exclusivamente en las artes. Pocas veces se habla de creatividad sin referirse al fruto exclusivo de la imaginación.
En el mundo actual donde la cultura se ha vuelto mercancía y la creatividad, inútil, muy pocas veces se piensa que cultura y creatividad son actos colectivos. Pocas veces se recuerda que las grandes realizaciones humanas en cualquier expresión y cualquier latitud del planeta tienen por autor al genio colectivo. Si no, ¿quién es el creador de las pirámides de Egipto o Centroamérica, del ejército de terracota o la gran muralla china, del Taj Mahal en la India, de las catedrales góticas y los castillos europeos, del Morro-Cabaña, Quizá hallemos un nombre, pero más el de una comunidad.
La humanidad deberá andar mucho aún para que esta verdad se abra paso. Tanto como debió andar para que un arma defensiva (un simple escudo) se convirtiera en símbolo de toda una nación, unas vestimentas arrancadas al enemigo, llegaran a ser bandera, y un canto colectivo, se venere como himno nacional. También esos símbolos patrios (surgidos como realizaciones artísticas de uno o más individuos) alcanzaron su verdadera dimensión gracias al esfuerzo numeroso de los pueblos, a sus anhelos y luchas.
Frente a este dilema cabe recordar que Martí insistía en injertar los aportes del mundo al tronco de nuestra identidad y Carpentier subrayaba que la cultura era el cúmulo de conocimientos que permitía al ser humano hacer asociaciones y construir su propio reino.
Mientras que otro prócer de la libertad, Mahatma Gandhi, escribía: No quiero que mi casa quede totalmente rodeada de murallas, ni mis ventanas sean tapiadas. Quiero que la cultura de todos los países sople sobre mi casa tan libremente como sea posible. Pero no acepto ser derribado por ninguna ráfaga.
Creatividad y cultura no se refieren únicamente a la producción de una obra artística o nuevo objeto, sino a la solución de problemas en los más disímiles frentes de la naturaleza, la sociedad, la producción y el individuo. Cultura y creatividad son, sobre todo, darle sentido a la vida, modelar nuestro pensamiento, nuestra imaginación y nuestra unidad; es continuidad y cambio, libertad y responsabilidad, diversidad y destino común.
Cuba misma se alzó como nación al amparo de esas dos palabras: cultura y creatividad –entendidas por conceptos de vida-, y en ellas tiene cifrado su porvenir.
“En la hora más bella y solemne de nuestra patria se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres”. José Martí
EL 20 de Octubre está institucionalmente constituido para los cubanos como el Día de la Cultura Cubana rememorando la lucha independentista llevada a cabo por patriotas bayameses en contra del yugo opresor de la colonia española, y en homenaje a la creación del Himno Nacional Cubano, que por primera vez se entonara un 20 de Octubre pero de 1868 animando la carga a machete que nos anunciara la hora de ser libres.
¡Del clarín escuchad el sonido!
El himno nacional cubano es una épica marcha patriótica, franca evocación a La Marsellesa, como símbolo universal de rebeldía, que ha estado acompañado durante ciento cuarenta años a todos los cubanos en sus guerras, sus triunfos, alegrías y tristezas, de todos los momentos memorables.
Fue compuesto por Don Pedro Figueredo Cisneros, -a petición de sus coterráneos- abogado de vasta cultura (poeta, músico, periodista, y aficionado a la literatura), quien a pesar de su clase social, supo vencer cualquier vacilación lógica y entregarse a la lucha contra el dominio de la colonia española.
¡A las armas valientes corred!
La madrugada del 14 de agosto de 1867, Don Pedro Figueredo nombrado cariñosamente por sus compañeros de lucha como Perucho pone su musa a funcionar y en su piano comienza a escribir las notas de lo que el tituló La Bayamesa y que con el tiempo devendría en el Himno Nacional Cubano.
El 10 de Octubre de 1868 se produjo la clarinada independentista, cuyo grito inicial lo dio Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua. El 18 de Octubre Perucho combatió enérgicamente para liberar a Bayamo, correspondiéndole dirigir una de las tres columnas, y fue él quien con un grito exclamara a sus compatriotas: “¡Al cuartel, que ya es nuestro!”, exhortándolos valientemente avanzar contra la instalación, refugio de Udaeta y otros oficiales, quienes al ser sitiados procedieron a rendirse posteriormente.
En la madrugada del día 20 se rindieron los españoles, apareciendo abanderadas la hija y esposa de Figueredo. El pueblo entusiasmado tarareaba el Himno a Bayamo. La gente exaltada pedía a voces: ¡la letra!
Ante ese pueblo que clamorosamente exigía la letra de la conocida melodía Perucho sentado en su caballo procedió a escribir los versos, repartiendo la letra entre los congregados que con júbilo la cantaban a coro. Con letra revolucionaria, la marcha se convirtió en nuestro Himno Nacional cuando terminó la guerra hispano-cubano-norteamericana.
El Decreto No. 74 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros del 22 de agosto de 1980, instituye el 20 de Octubre como Día de la Cultura Cubana, y en él aparece que el “Himno Nacional de Cuba acompañó y alentó a los revolucionarios independentistas que con la toma de Bayamo convirtieron urgencias y sueños en actos, y que con la proclamación de la independencia y la abolición de la esclavitud, iniciaron los cien años de lucha en que nuestro pueblo afirma su identidad y forma la nación cubana”, y que fue “un canto pleno a la insurrección libertadora y a la abolición de la esclavitud y manifestación artística de ese profundo e irreversible acto configurador de la conciencia cubana, expresión y símbolo más alto y genuino de nuestra cultura nacional”.
José Martí publicó la letra del himno en el periódico Patria, el 25 de junio de 1892. Decía Martí que lo hacía “para que lo entonen todos los labios y lo guarden todos los hogares: para que corran, de pena y de amor las lágrimas de los que lo oyeron en el combate sublime por primera vez; para que espolee la sangre en las venas juveniles, el himno cuyos acordes, en la hora más bella y solemne de nuestra patria, se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres.”
El valiente hombre de la aguerrida y patriótica frase: “Al combate corred bayameses” estará por siempre en el corazón de todos los cubanos, recordándonos que la patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa.
Don Perucho Figueredo fue condenado a muerte y fusilado el amanecer del 17 de agosto de 1870. Ese día la patria perdió físicamente un glamoroso hijo que enseñó a sus compatriotas a venerarla; el mismo que el 27 de de octubre de 1868 expresara en un emotivo discurso:
“Nuestra bandera, desplegada en Yara, ha de batirla los vientos de las demás provincias (…) moriremos como hombres libres en los campos de Cuba Libre o nos levantaremos como pueblo independiente, confundidos con todos los pueblos de la tierra.”
Así entregó su vida el hombre que un día, en encendidos versos, legó a los cubanos la convicción de “que morir por la patria es vivir” e instándonos a luchar por independizarla en cualquier campo de batalla.
Es por ello que en perenne recordación a tan trascendental acontecimiento desde 1867 cada 20 de Octubre se celebra en Cuba el Día de la Cultura Nacional. El 20 de Octubre de 1868 se fundieron los elementos básicos de nuestra cultura. Constituye, a la vez, una fecha patriótica y cultural. Este día conmemoramos la ocasión en que nuestro Himno Nacional se cantó en Bayamo por primera vez, alimentó el patriotismo del pueblo, encendió la llama para luchar por la independencia y facilitó el brote de nuestro pensamiento revolucionario radical y más avanzado.
Y para que la Patria nos contemple orgullosa, recordemos siempre a los protagonistas de aquella gesta gloriosa, y sigamos adelante con la revolución que comenzó céspedes el 10 de Octubre de 1868.
Himno Nacional o Himno de Bayamo
Al combate corred bayameses,
que la Patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa,
que morir por la Patria ¡es vivir!
En cadenas, vivir es vivir,
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido,
¡a las armas valientes corred.
Dejenos su opinion sobre esto