“ POR UN CLAVO SE PERDIÓ UNA HERRADURA…,
POR UNA HERRADURA SE PERDIÓ UN CABALLO…,
POR UN CABALLO SE PERDIÓ UN JINETE…,
POR UN JINETE SE PERDIÓ UN EJÉRCITO…,
POR UN EJÉRCITO SE PERDIÓ UNA BATALLA…,
POR UNA BATALLA SE PERDIÓ UN IMPERIO…!!
La falta del clavo se debió a que el herrero a quien le encargaron el trabajo se había quedado falto de ellos. Debido a que el palafrenero del rey lo urgía a que errara el animal, pues la batalla estaba a punto de comenzar, decidió hacer las cosas a medias y colocó la última herradura con un clavo menos. Durante el fragor de la refriega, la herradura se soltó, lo que en sí mismo no es tan grave, pero en este caso hizo que el caballo tropezara tirando a su jinete, quedando indefenso ante las armas enemigas. Que un caballero caiga en batalla no cambia demasiado, pero este caballero era nada menos que el rey. Su muerte causó pánico entre sus tropas, que huyeron despavoridas dejando el campo y la victoria al enemigo.
MORALEJA: Cuida los detalles, en ellos reside el éxito de lo que te propongas hacer.
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