Hay hombres que a su paso por la vida, van dejando destellos inmensos por doquier, para que éstos sirvan de faro y guía a las generaciones futuras.
Toda sociedad necesita un ideal, como la tierra precisa del sol, que brilla sobre las nubes y las plantas.
Sin ideal, veríamos pasar los días, y por qué no, los años, como sombras de incertidumbre, y nuestra vida ¿Qué sería? Se gastaría en tremendo desconcierto, viviríamos vegetando.
Por eso tenemos, y tiene nuestra Orden y todas las instituciones, un ideal: más bello que todos los ideales, puesto que estos encierran la casi perfección humana, la renovación de los pueblos, de los hombres y si fuese posible, la renovación del planeta.
Para tener un ideal constructivo, es necesario ser fraternal, o sea, vivir sin ambiciones, y darle la espalda a todas esas pasiones que corroen el alma de los humanos, como son la envidia, la calumnia, el egoísmo, etc.
Aquí en nuestra Orden cultivamos la más espontánea e inequívoca fidelidad a la Constitución y sus leyes, al fortalecimiento del amor fraternal, de la ayuda mutua entre los hermanos. Es decir, cultivamos el ejercicio constante y creciente del bien en todos los campos de la actividad humana, buscamos y exigimos la justicia, tanto individual como colectiva.
Un hombre que desde muy joven sintió la fraternidad, y advirtió el placer y la satisfacción de poder compartirla con los demás hombres y con los niños, fue nuestro MANUEL GALLO ARENCIBIA, que nació en Cumanayagua, pueblo de la antigua provincia de Santa Clara.
Saltando el tiempo y su historia patriótica, pues fue Colector del Partido creado por Martí, y testigo de su afiliación a la Logia a la que él pertenecía “Perseverancia # 6”, que lo nombró junto al Hno. Arturo Cunill y Pérez, Director de la Escuela que integraban como alumnos de ambos sexos, los niños que pertenecían a la Asociación Infantil “ Esperanzas de la Patria”, fundada y mantenida por ese histórico Taller y el Hno. Carmona.
Este título es ejemplo de que no sólo se impartían los grados escolares, sino también que se enseñaba a respetar y amar a la Bandera de la Estrella Solitaria, a sentir el dolor de la Patria esclavizada, y a fortalecer su fe en el ideal patriótico de libertad e independencia que latía en todo corazón cubano.
En 1894, La Logia “Perseverancia # 6” creó con los mismos fines de las Esperanzas de la Patria, y con el apoyo de todas las logias existentes, la Asociación Juvenil “Discípulos de la Luz”.
De espíritu constructivo, el Hno. Gallo fundó las Logias de Menores “Hijos de la Luz” y Esperanzas del Hogar, y también la Revista “Luz y Verdad”, conjuntamente con los hermanos Néstor Benítez Reina y Cándido Samá Carranza.
Como Gran Maestro Luminar logró la fundación de un nutrido y valioso grupo de logias, de todas las Ramas, en Tampa y Key West.
Fundadas las primeras Logias de Sacerdotisas del Hogar y de Luminares Pasados, tuvo la idea feliz de crear la Rama de Menores. Se dice que en 1913, pero sinceramente fue en 1915, según los libros de Actas que se encuentran en el Museo Histórico de la Orden. Hay constancia que la Logia “José González Curbelo # 4”, de Tampa, comunicó la fundación de una Logia de Hijos de la Luz, la # 1.
El 10 de noviembre de ese mismo año fue reorganizada la Logia “Hijos de la Luz # 1”, por los Hnos. Francisco Blanco, Juan C. Simón y José Lluis.
El día 3 de mayo de 1916 fue creada la Logia “Hijos de la Luz # 2” de Key West. Y el 19 de ese mismo mes la # 3 de Ybor City.
El 1ro. de mayo de 1918 fue creada la Logia de “Esperanzas del Hogar # 1”, en Key West, bajo los auspicios de la Logia “Sacerdotisas del Hogar # 1”. Esta fecha fue la primera confirmada para esa Rama.
Cursaron los años, y las Logias de Menores fueron constituyéndose en el territorio cubano, se enraizaron en el pueblo y ya existían más de 170 de Hijos de la Luz y 100 de Esperanzas del Hogar, que con su trilogía de Justicia, Amor y Caridad, cooperaban con la sociedad en la construcción de los jóvenes que asegurarían un futuro luminoso para Cuba y la Florida.
El 19 de agosto de 1834 nació la hija de Don José de la Luz y Caballero, María Luisa, que murió de cólera a los 16 años de edad. Por eso nuestra Orden escogió esa fecha para conmemorar el Día de la Rama de Menores.
Solo un Hijo de la Luz, llegó a presidir todos los Organismos de la Orden, pues ocupó los cargos de Maestro, Luminar, Maestro Luminar, Gran Luminar, Supremo Luminar y director de la revista Luz y Verdad. Ese hermano se llamó Rolando Gorguis Pire, el que logró la fundación del Comité de Superación Juvenil Fraternal, que organizaba concentraciones en toda la Isla.
Aún recordamos la de Güines en la Logia “Superación # 16”. Fueron maravillosas, pues antes de desfilar, se debatían los temas en las logias sede. Y se logró el cambio de las bandas que se usaban como uniformes, por el de mandiles y collarines.
La Orden es depositaria de los restos de Gallo Arencibia en su tumba del cementerio de Colón, y allí iban todos los 19 de agosto en peregrinación a rendirle tributo póstumo.
Después, en la década de 1970, la Orden fue obligada a cerrar todas las Logias de nuestra Rama de Menores. En estos instantes parece que volverá a reabrirlas.
Para cerrar esta sencilla información, es mi deber recordar el ritual de los Hijos de la Luz, y escribir que nos reuníamos: “Para difundir la luz, propagar las enseñanzas del Sabio Educador Cubano Don José de la Luz y Caballero, y templar nuestras almas para la vida”.
“Señor: Permite que estos niños, al hacer su invocación sean iluminados de tal suerte, que al impulso de sus actos, sigan entre nosotros los procedimientos de amor y justicia, y que tus mandatos se cumplan en la tierra para gloria tuya y honra nuestra”.
M.L.P:. AGUSTIN BLANCO.
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