Mi gran familia Soles y Rayos de Oriente No.7

Si algo tengo claro en esta vida, es la suerte de no transitarla solo, de tener un extensa familia con quien compartir cada logro, con quien apoyarme en momentos difíciles, quien me guíe por el recto camino y me apoye en mis sueños y pasiones.

Puede que no siempre haya sido el mejor hermano del mundo, que mis defectos dolieran y mis acciones en cierto momento estuvieran fuera de lugar.

Puede que algún año crecieran mis responsabilidades profanas, y dejara de asistir a alguna sesión, que es parte de las cosas en común que tanto nos unen.

Supongo que es ley de vida. Cada uno madura de una manera y es un mundo en sí mismo, un mundo libre que vive y gira en torno a su propia estrella.

Pero ojo, no digo que eso sea algo malo. Solo me he parado a recordar los viejos tiempos (iniciaciones, torneos de dominó, convenciones, etc..), las risas e incluso los momentos de berrinche en alguna sesión por parte mía o de algún hermano que después en algún momento de reflexión recordamos.

Por Dios… Por NSM, si aún me acuerdo de cuando esto era solo una idea y siempre acabábamos reunidos soñando como sería, en distintas casas de los hermanos, cuando las culpas de uno eran las del otro y las palabras por más nobles de consejo o ayuda se sentía como puñales, no porque dolieran sino por el dolor de haber fallado.

Lo recuerdo todo, por eso te digo:

Gracias Por estar siempre ahí cuando los demás lo necesitaban, por ser siempre el abrazo en que refugiarme cuando a la vida le daba por soplar fuerte, haciendo temblar incluso mis cimientos y nadie más que tú era capaz de verlo.

Gracias por los años ganados, por las risas, por los sueños por el crecimiento personal y espiritual de todos.

Gracias por seguir ahí a pesar de los daños, por perdonar antes incluso de escuchar disculpa alguna, gracias por tener la paciencia cuando otro no la tiene.

Gracias por ser como eres, por hacer de mi vida algo mejor.

Gracias por quererme como solo se quieren los verdaderos hermanos.

No lo olvides, en mí siempre hallarás el apoyo que te falte, las fuerzas que te hagan falta y el abrazo que calme las penas que te cause la vida, el tiempo o cualquier o cualquier pena.

Aquí estaré siempre, como siempre he estado.

Los quiero mis hermanos, mas que quererlos quiero que sepan que son mi órgano fundamental, son mi guía y mi ejemplo de todos hay muchas cosas geniales que admiro y trato de imitar o aprender.

Si he llegado a donde he llegado es porque los tengo a uds, porque impulsan , generan, ejemplifican, dignifican, sacrifican y aman.

Y esos sentimientos son los que hacen nuestra grande nuestra Orden, nuestra Logia, que nuestra familia sea única, que estemos orgullosos de cada uno de nosotros.

Porque a pesar de que Soles y Rayos de Oriente es una familia eterna.

Hoy me paro aquí y les digo que yo en particular no los quiero, los amo…..

Un abrazo grande mis hermanos.