Decía un renombrado poeta que para inspirarse, sólo le bastaba ver una puesta de sol, o un fuerte aguacero golpear los cristales de su ventana, u oír el rugir del viento corretear a través de las ramas de los árboles, o sentir el relampagueo disgustado de una tormenta eléctrica.
Es hermosa la demostración de fuerza y poder de la naturaleza. Nos hace sentirnos impotentes, aislados, indefensos, como el niño escondido dentro de un closet oscuro, durante la pelea de los padres, en la que hasta los ladridos del perro de la casa grita en su idioma que también está asustado.
Sí, no tengo dudas que un poeta se puede inspirar en todas esas facetas del quehacer humano. Pero es como detenerse ante un rosal, y únicamente fijarse en la hilera de rojas bibijaguas trepando por sus ramas. Al igual que acudir a un hospital, para agasajar a una recién parida, y prestar atención al fuerte olor a desinfectante, o al oso de peluche barato junto a la cama.
Una obra de arte es genial o hermosa, no únicamente por la habilidad y maestría del pintor, sino por la disposición del que la observa y evalúa; porque…, siempre existirá la dimensión alegre, positiva, brillante. En todo suceso vibra “el lado lleno de luz”. Junto a la lágrima de dolor, yace la lágrima de alegría. Junto a la espina, fea y puntiaguda, vive el pétalo exuberante de color y aroma. Al instante del dolor del parto, le sigue la mirada única en el universo, de la madre al ponerle a su bebé por primera vez en sus brazos.
Cuando asistamos a un Templo, y nos convirtamos en logia, para trabajar en una sesión, acudamos llenos de amor, de confianza, de alegría. Los allí reunidos nos llamamos “hermanos”. En ese tiempo de calidad estaremos por encima de las diferencias religiosas, culturales y políticas. ¡¡”Cuán hermoso y bueno es habitar todos en uno”!! Esa fue la frase escrita originalmente en arameo hace miles de años.
Medita que en el instante que ves a tus hermanos y hermanas siguiendo el ritual de trabajo, hay un cubano en altamar rodeado de tiburones. No, no vires tu conciencia para otro lado. Es tu problema, porque es alguien nacido en tu misma patria. Aunque no coincidas con su forma de pensar, así también sucede en todos los confines de la tierra, alguien no esta. No seas, o… ‘aparentes ser’ indiferente. Igualmente es posible que en ese segundo haya hermanos o hermanas que no asistan a las sesiones, en Cuba, o más allá del horizonte. Tampoco busques el otro rostro de una guantanamera. Eran, y son, tus hermanos, que tal vez se molestaron por una mala interpretación, o una simple susceptibilidad. No estamos divididos, como nos quieren hacer creer. Sólo estamos “ausentes” de poder abrazarnos, como…debía ser. Existen espinas, rayos, lágrimas, nostalgias mudas, y muecas de dolor de por medio. Sólo un mar lleno de remolinos y remordimientos de quienes temen, y mucho, que nos digamos: “¿Eres humano? Ven, dame la mano, porque…ERES MI HERMANO”. También existe un poeta que dijo:
“EL HORIZONTE NO ESTA SEPARADO POR EL CIELO Y EL MAR, SINO QUE ES LA LINEA QUE UNE UN ABRAZO CON UNA SONRISA”.
GLP:. Alberto C. Jané
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