RITO= es el cuerpo de ideas, la mística, el simbolismo, el mensaje.
RITUAL= Es la liturgia, el manual o los libros que contienen el orden, las fórmulas,
instrucciones y ceremonias, para la práctica uniforme y regular de los trabajos de la
Orden Caballero de la Luz.
Un rito, es un acto individual o colectivo que siempre, aún en el caso de que sea lo
suficientemente flexible para conceder márgenes a la improvisación, se mantiene fiel a
ciertas reglas que son, precisamente, las que constituyen lo que en él hay de ritual.
El rito se circunscribe a unas reglas fijas e implícitamente inalterables para que no
pierda sentido.
La palabra rito en español se ata a una serie de reglas que se establecen para el
culto y la ceremonia religiosa. Esto no es incompatible con el significado y la práctica
para los que pertenecemos a nuestra Institución.
El método y orden escogidos y explicados por nuestros fundadores en los primeros
rituales, que al paso de los tiempos, se han mantenido invariables, como muestra
palpable de la calidad y los conocimientos que ellos poseían, nos indican que a partir
de 1873 se trabajó la mística de la iniciación, y se le introdujo el ideal del Sabio Maestro
Don José de la Luz y Caballero.
El rito nos especifica la forma particular en que se llevan los trabajos dentro de un
Templo fraternal, los cuales se mantienen “fieles a las reglas heredadas”.
Por otra parte ritual o liturgia, según la acepción en español, es lo relativo al rito: sus
características.
El ritual de trabajo en nuestras logias, debe ser llamado así, no debe decírsele “libro”,
ya que es en el ritual donde está el orden y las formalidades del rito.
El trabajo secreto, se ha heredado de los ritos masónicos, tal como se usa en todas
las jurisdicciones, con variaciones que individualizan nuestra actividad litúrgica, le dan
nueva vida y nos presentan con un rito propio de la Orden compuesta por los discípulos
de la Luz. Por los Hijos de la Luz. El plan pedagógico creado por González Curbelo
desde el primer día de la fundación es lo mejor que podíamos haber recibido de los que
hicieron posible la vida de esta Institución.
Pensemos que para lograr ese parto, hubo que extraer de otros ritos, y recordarlos
para asegurar que el mensaje pasara a través de los siglos. Esos gigantes supieron
moldear una norma de conducta, muy propia. Ellos desarrollaron un plan pedagógico
que debemos reconocer, fue el mejor.
El trabajo secreto es la forma, modo o manera de transmitir la doctrina y hacerla
universal. Ellos lo lograron y nos brindaron la enseñanza que brota del ideario
trasmitido a sus alumnos por Don Pepe.
Ese plan pedagógico, equivale al “trabajo secreto” o la forma en que se comunica la doctrina para hacerla universal. Es indudable que los ritos evolucionan con el andar del tiempo.
Pero en general lo hacen de una manera lenta e imperceptible. Nuestro rito es el mismo
desde la fundación, lo que ha variado al paso de los años es el orden de los trabajos en sesión, pero las Ceremonias se mantienen inalterables desde que González Curbelo estampó su firma en el primer ritual.
Se deben evitar los cambios dentro de un rito y sus rituales o liturgias; y que de hacerse,
deben ser pensados y sopesados; medidos y reflexionados.
Para realizar el trabajo nos reunimos en un Templo consagrado al Sublime Luminar del
Universo y a Don José de la Luz y Caballero, el Padre Espiritual de la Orden, cumpliendo con los siguientes requisitos inherentes a toda sociedad de iniciados:
Un espacio sagrado en el que unos iniciados se reúnen un tiempo dado, para dar cuenta
de sus trabajos y preparar nuevas tareas a realizar.
Esas labores escapan al tiempo profano porque están simbólicamente separadas del exterior por un ritual de apertura y su complemento, y un ritual de clausura o cierre.
Dentro del Templo, hemos dejado afuera todo lo que es ajeno a él. Es aquí que tenemos que estar conscientes qué es la acción de un rito y el ritual, esa trascendencia que se crea
estableciendo aparte lo sagrado de lo profano.
El rito es, en realidad, una apertura; se trata de romper con el exterior, de cortar con lo que es y los que están fuera del Templo, a los que les llamamos profanos.
El rito es la apertura hacia el interior, hacia lo que por naturaleza debe de estar cerrado.
Y se está cerrado o vedado a lo profano es porque lo que se busca es la enseñanza original que el Maestro nos dejó para llegar a su sabiduría y poder reconocerle en nosotros.
El rito debe mantenerse incólume y lo más fiel posible a su forma original. Este es una clave que abre una puerta en el tiempo donde, al penetrar en ella, volvemos depositarios de una enseñanza única en su forma original, con la misma grandeza y esplendor que la recibieron los antiguos.
Por eso clamamos a que se tenga mucha precaución y conciencia al tratar sobre los ritos y sus rituales, ahí está la base del Templo; estudiémosla, conozcamosla para afianzarnos a ella siendo prudentes, sigilosos y sinceros.
Los Oficiales de una Logia u Organismo de la Orden cuando se encuentren en sesión deben leer el ritual para lograr más solemnidad.
GLP:. Nérida Pérez, (FLU)
(Fragmentos del libro “Historia Inconclusa”)
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