Cuando un Caballero de la Luz renuncia porque no puede ser amigo de todos sus hermanos de la Logia, quizás no le explicaron que la amistad en la Orden debe entenderse como una atmósfera y no como una relación obligada de todos con todos.
Cuando un Caballero de la Luz renuncia porque se ofendió por alguna expresión, quizás no le explicaron que la Orden es una escuela iniciática, donde no cabe la hipersensibilidad, porque todo el espacio está ocupado por la tolerancia.
Cuando un Caballero de la Luz renuncia porque el monto de la cuota no es acorde con su presupuesto (por defecto o por exceso), quizás no le explicaron que La Logia es un corte transversal de su comunidad y que esto es válido también en lo económico.
Cuando un Caballero de la Luz renuncia porque su logia hace poco en su comunidad, quizás no le explicaron que la Orden hace filantropía, pero no es una institución filantrópica, que la Logia hace caridad pero no es una Institución caritativa.
Cuando un Caballero de la Luz renuncia porque las conductas de algunos hermanos no tienen, a su criterio, las características acordes a nuestros principios en un ciento por ciento, quizás no le explicaron que La Logia está formada por hombres, no por ángeles, por hombres que tienen conciencia de su imperfección y el deseo de mejorar tal condición. Que la Logia, más que un conclave de perfectos, es un campo de entrenamiento para perfeccionarse.
Cuando un Caballero de la Luz renuncia porque no le hicieron justicia a la hora de repartir los cargos, quizás no le explicaron que en Orden no hay “carrera”, que todos los cargos son puestos transitorios de servicio, que en la Logia “no se consigue, se da”.
Cuando un Caballero de la Luz renuncia por falta de información (no me lo dijeron, no me entere) quizás no le explicaron que todos los miembros tienen a su alcance toda la información, que lo único que se requiere es consultarla porque el proceso de comunicación precisa además de emisores creativos, receptores activos.
Cuando un Caballero de la Luz renuncia porque viaja mucho o tiene poco tiempo y no puede hacer cosas, quizás no le explicaron que la Orden es ante todo un fenómeno individual y después un fenómeno colectivo porque se es las 24 horas del día y no solo durante la tenidas.
Que en la Orden Caballero de la Luz no cabe lo de “si precisas una mano me avisas”. Nadie debe avisarnos que se nos precisa, es nuestra tarea darnos cuenta.
… Anónimo…
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