La situación política, económica y social del pueblo de la Isla, privado de todo derecho, abrumado de toda carga y gobernado de modo arbitrario y abusivo por los Capitanes Generales que se rodeaban de camarillas peninsulares, en una asociación explotadora de las riquezas del país, que engrosaban el tesoro español y hacían las suyas propias, obligó a emigrar a otras playas a los cubanos que tímidamente abrigaban, esperanzas de mejoras, acariciando ideas de emancipación.

En el exilio, el cubano mira para sí mismo, robusteciendo su ideal separatista, y pensando que para convertir sus anhelos en realidad es imprescindible la unión. El ideal de independencia se mantiene latente y lo que era sueño llega a ser anhelo y se prepara para ser realidad. Y lo que era suspiro, luego queja, es ya acción.

Cuando la Patria, estremecida en santa ira, iniciaba su lucha emancipadora; cuando la manigua cubana vibraba bajo los cascos bélicos de la caballería mambisa, desde lejos, en armonía espiritual con el ansia liberadora del criollo en armas, un grupo de cubanos iniciaba, en Filadelfia, la Sociedad “La Luz”, destinada a cooperar desde el extranjero con la causa de la libertad de Cuba.

Ya hemos dicho que el iniciador de aquel movimiento fue un hombre que disfrutó el alto honor de ser llamado amigo por el Apóstol: JOSE GONZALEZ CURBELO, que era un Perfecto Maestro Hermetista. Su admirable obra original constituye un delicado juego de símbolos, cuyas partes se armonizan y complementan dentro del gran todo.

Hay que recordar y tratar de reconstruir, con el fin de trasmitir el mensaje necesario de esta siembra, que no es un mensaje de ayer, que no es un mensaje de hoy, pero que intenta ser el mensaje del Siglo XXI para la Orden Caballero de la Luz y para Cuba. Habían transcurrido más de cuatro años del 10 de Octubre memorable en que Carlos Manuel de Céspedes, con un grupo de patriotas se levantara en armas contra el gobierno de España, que despóticamente regía en Cuba.

 

LA FUNDACION.

El día 20 de abril de 1873 se reunió González Curbelo por primera vez  con un grupo de doce cubanos que acordaron con él crear la Sociedad de Socorros Mutuos “La Luz” y aprobaron la nominación de los cargos. Estos documentos fueron enviados desde Filadelfia en 1903 por el Hno. Francisco Domínguez, al Hno. Arturo Cunill y publicados en la Revista “Luz y Verdad” y en “Apuntes Históricos” del Hno. Lázaro Ferrás Bustamante.

   El Acta # 1 dice así: “Los infrascriptos  reunidos en sesión preparatoria el día 20 de Abril de 1873, en la casa Número 614 al Sur de la Calle 5ta., se propusieron formar una Asociación de Socorros Mutuos, titulada “La Luz”. Nombrados provisionalmente para el acto, a José González como Presidente, y a Benito Machado como Secretario, y de acuerdo todos en llevar adelante la empresa iniciada, fue encomendada a un comité compuesto por cinco de los presentes: Francisco Aguiar, Tomás Castro, José González, Andrés Bidot y Benito Machado, la formación de la Constitución y Reglamento interior que debía regirnos. Estos aceptaron, prometiendo, si les era posible, cumplir su cometido para el domingo subsiguiente. Se acordó que la directiva fuera compuesta de un Venerable Maestro; un Vice-Venerable; un Secretario; un Vice- Secretario; un Tesorero; un Vice-Tesorero; un Patriarca; un Guía; un Guarda Puerta 1ro. y un Guarda Puerta 2do.; y fueron nombrados para ocupar dichos puestos:

“Venerable Maestro: José González Curbelo.

Vice-Venerable: Cecilio Turiño.

Tesorero: Rafael Pérez.

Vice-Tesorero: Saturnino Domínguez.

Patriarca: Luis Navarro.

Secretario: Benito Machado.

Vice-Secretario: Andrés Bidot.

Guía: Francisco Aguilar.

Guarda Puerta 1ro.: Julián Vargas.

Guarda Puerta 2do.: Enrique Vargas.

“No habiendo otro asunto que tratar fue cerrada la sesión y constituida la Asociación”.

“(f). José González, Cecilio Turiño, Rafael Pérez, Saturnino Domínguez, Benito Machado, Andrés Bidot, Luis Navarro, Francisco Aguiar, Julián Vargas, Enrique Vargas, Angel Quiñones, Tomás Castro y Laudelino Castro”. 

“Filadelfia, Abril 20 de 1873”.

El día 26 dedicaron su reunión en la discusión y aprobación del reglamento, como ellos le decían al hoy conocido ritual de trabajo. Y es en esta fecha donde se pusieron de acuerdo en transponer el nombre del Sabio Maestro Don José de la Luz y Caballero para dárselo a esta Sociedad, según afirmó en su libro el Hno. Lázaro Ferrás Bustamante, pero que no comprobamos en la siguiente Acta que solo fue publicada, a nuestro entender, una sola vez, en septiembre de 1931.

El nombre de la Orden Caballeros de la Luz aparece en todos los documentos, periódicos, rituales, etc., hasta el año 1905 y cuando la Gran Logia de Florida se inscribió ya en el Estado sin la letra “s” . 

El Acta # 2 dice así: “En la ciudad de Philadelphia, Estado de Pennsylvania de la Unión Americana, a los 26 días del mes de Abril, de 1873, de acuerdo, convocados, y presentes todos los fundadores de esta Asociación, en la casa # 614 al Sur de la calle Quinta, con el objeto de examinar y discutir, la Constitución y reglamento interior, que habían sido encomendados para su redacción, a un comité. Abierta la sesión, y aprobada el acta anterior a que dió lectura el secretario. Procedió el comité referido al descargo de su comisión, con todo el detenimiento, y escrupulosidades convenientes, habiendo sido necesario al efecto, que a más de aquel día, nos reuniéramos los dos subsecuentes, al cabo de los cuales, se dieron por terminados los trabajos, quedando aprobado con algunas enmiendas el informe del comité, y se acordó también, celebrar sesiones los tres primeros viernes de mes”.

“Nota: Entiéndase por reglamento interior, el ritual que servía para los trabajos de la Logia, y para la concesión de Grados”.

“(f) José González y Benito Machado”.

El día 9 de Mayo se celebró la primera sesión, comenzando una etapa ascendente pues adquirieron innumerables solicitudes de ingreso. Sobre la marcha, la Orden fue tomando características propias; fue formándose con rasgos muy criollos, muy nuestros.

Acta # 3: “ En la Ciudad de Philadelphia, Estado de Pensylvania de la Unión Americana, a los 9 días del mes de Mayo de 1873, celebró su primera tenida esta Logia, en la calle de Monroe, en el Salón Niágara, sito en la casa número 240.

“Presentes todos sus miembros como al margen consta, prestaron a indicación del H. Venerable el juramento debido, a la Constitución aprobada en la sesión anterior, y a la idea o propósito que ella envuelve. Celebrado el acto con toda la solemnidad del caso, terminó con un mutuo abrazo, símbolo de Unión y Fraternidad.

“Seguidamente ocupó la silla el Venerable y procedió a abrir la Logia en nombre de Dios, y llenando todas las formalidades establecidas. Ordenó se diera lectura al acta de la sesión anterior, y sometida a la consideración del Taller, fue aprobada. Llegado el turno de las peticiones o solicitudes, fue presentada una suscrita por los hermanos Rafael Pérez y Saturnino Domínguez, suplicando la admisión en la orden, de Frank Hartmann. Fueron nombrados para el comité de investigación los hermanos Laudelino Castro, Julián Vargas y Enrique Vargas y después de practicar el modo de entrar en la Logia, en los distintos grados &&&, se cerraron los trabajos en nombre de Dios, y fueron despedidos los obreros después de la oración.”

“(f). José González, Benito Machado”.

Podemos confirmar por la redacción de las actas, la decisión de los nombres de los cargos y las palabras: sesión, taller, obreros, el comité de investigación; en fin por el orden desarrollado en estas tres sesiones preliminares que algunos de sus integrantes, además de González Curbelo, eran maestros masones.

Aún sin contar con una Liturgia propiamente dicha, iniciaron al primer profano que era de nacionalidad alemana: Frank Harmann, ciudadano americano, de 32 años de edad, casado con tres hijos y vecino de la calle 5ta. # 344, y de oficio mecánico de carruajes. Lo que indica que, si es cierto que la Orden fue fundada por cubanos, admitía en su seno a todos los hombres buenos, sin ocuparse de su nacionalidad.

El día 9 de junio del propio año 1873 fue creado el cargo de Experto y al Guía se le cambió el nombre por el de Maestro de Ceremonias. Estos cambios sumados a los que constan en el Acta # 85 del día 6 de noviembre de 1874 con los nuevos nombres de Luminar y Vice Luminar en sustitución del Venerable y Vice-Venerable, respectivamente, fueron definitivos.

En el periódico “La Independencia”, Órgano de los Pueblos Hispano Americanos, año 2do., # 73,  Nueva York, fechado el día 28 de mayo de 1874, primera página, columnas 4,5 y 6, apareció publicada una crónica que entre otras cosas decía: “ORDEN DE LA LUZ”.- El 9 del corriente celebró esta asociación masónica establecida en Filadelfia, el primer aniversario de su inauguración con una fiesta solemne de la que dan cuenta los periódicos de aquella ciudad, que tuvo lugar en el gran salón Niágara  de la calle de Monroe, ante una concurrencia tan escogida como numerosa”.

Inmediatamente reseñaron cómo se develó el retrato de Don Pepe. El primer discurso de la noche dado por el Hno. Domingo Ruíz expresando el objeto de la Orden de la Luz. Que todos los miembros de la Logia marcharon a depositar un ramillete de flores naturales para adornar el cuadro. Después las palabras principales de la noche pronunciadas por el Hno. Nicolás Domínguez Cowan que por su extensión fueron publicadas en el # 73 ya dicho y en el # 74 de fecha 4 de junio donde habló de la Orden y de la vida de Luz Caballero, terminando así: “Eso es lo que representa el retrato que tenéis a la vista; esa es la aureola que circunda la venerable fisonomía que parece contemplarnos; eso es lo que se ha propuesto glorificar esta naciente sociedad, que debe su existencia a la inventiva del Sr. González y esas deben ser las levantadas aspiraciones de los que anhelen perpetuar el credo educador, político y filosófico del ilustre cubano que duerme el sueño de los justos”.

“Una vez finalizado este excelente discurso, el Hno. Jacinto Valdés leyó una poesía a la memoria del Sabio Maestro, que mereció los más entusiastas aplausos de la concurrencia. Terminó el acto el Hno. Domingo Ruíz, dando las gracias a los presentes e invitándoles a pasar a otro salón donde fueron obsequiados con refrescos, helados y dulces, pasando el resto de la noche entregados al baile y canto, hasta terminar la fiesta a medianoche”.

 “A invitación del Hno. J. Valdés se abrió una suscripción a favor de las familias cubanas pobres, residentes en Jamaica, y se nombraron comisiones para la recolección de los donativos. ¡Bien por la sociedad filantrópica La Luz de Filadelfia!”

 

SURCOS DE LUZ

Los integrantes de aquella primera Logia con González Curbelo a la cabeza, laboraban tesonera y entusiásticamente por hacer de aquella Sociedad una Institución capaz de realizar los mayores empeños en beneficio de la patria y en favor de los hermanos en desgracia.

A golpes de arado, fue lentamente abriendo brechas en las conciencias populares, más adictas a la propaganda viva y al ataque rudo, que a la labor silenciosa y meditada de la nueva Institución. En el mismo año 1873 se fundaron varias sucursales a las que dieron el nombre de logias. El día 6 de noviembre de 1874 fue redactada la Declaración de Principios que ha sido mantenida y practicada desde entonces. En ella se promulgó la finalidad de la Orden: la creencia en un Ser Supremo, el derecho de los hombres a la libertad, la práctica del bien y de la justicia, la exaltación de la virtud y el amor fraternal entre todos los seres humanos, adoptándose la trilogía que nos sirve de faro y de guía: Educación, Benevolencia y Fraternidad.

 

“1.- La Orden Caballeros de la Luz (antes llamada Asociación de Socorros Mutuos “LA LUZ”). Se fundó para consagrar siempre su Altar a la Virtud. A este Altar pueden acercarse todos los hombres, sean cuales fueran sus creencias, que posean un corazón honrado y un alma pura, y rendir ante él sus obligaciones. En nuestros santuarios se enseña la reverencia de un Ser Supremo, creador y conservador de todas las cosas, la lealtad a las leyes del país en que vivimos, la obediencia a las leyes y autoridades de la Institución y la beneficencia universal o el amor a sus semejantes”.

Es todo un ideario y un programa de realizaciones muy objetivo, a lo último del cual estaba una ciudadanía digna y libre en una Patria cubana.

Con estos cimientos se inició lo que es hoy la Orden Caballero de la Luz. El sacrificio, el cariño, la bondad y el patriotismo del humilde tabaquero dio sus más fuertes raíces para lograr frutos plenos de ciudadanía ejemplar.

Los Caballeros de la Luz de Filadelfia, emprendieron una labor activa y después de constituir la Logia “Carlos Manuel de Céspedes # 2” en febrero de 1874 a la que pertenecieron Tomás Estrada Palma, Emilio Núñez y Calixto García Iñíguez, fundaron a renglón seguido otra Logia y la denominaron “Ignacio Agramonte # 3” y con esos elementos crearon la primera Gran Logia de la Orden.

Así surgió la Institución que, más tarde, habría de convertirse en el organismo, más amplio y fecundo, que tanto hubo de distinguirse durante el tormentoso ciclo de nuestras luchas redentoras. Y sobrevino el Pacto del Zanjón, precursor de aquella etapa sombría y amenazadora, presagio de la tempestad que pronto habría de estallar. Durante este interregno, no descansaron un solo día los infatigables Caballeros de la Luz.

Ya la siembra comenzaba a echar raíces, “nuestras raíces”, que más tarde se convertirían en un árbol robusto que brindaría a todos los pueblos donde vivieran cubanos, sus frutos de amor, fraternidad y comprensión..

 

GLP.: Jorge Portuondo Jorge

Tomado del Libro Nuestras Raíces

 

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    Alejandro

    Aprendizaje

    Siempre que leo sobre la historia de nuestra fundación me sorprendo cada vez más de que estamos, estaremos y seguiremos en el camino correcto
    Sencillamente genial y hermoso

    mayo 12, 2022
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    Javier

    Brillante

    Una aproximación muy especial en homenaje a la fecha fundacional de la Orden. Gracias

    mayo 9, 2022

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