Una de las herramientas más importantes es el báculo, pues representa el largo camino que recorremos los hombres y mujeres de fraternidad durante la vida. Es el apoyo que tendremos en ocasiones. Es nuestro compañero inseparable.
Báculo viene del latín “baculum, baculus”, que significa bastón, cayado.
En sentido figurado y simbólico indica “autoridad”. Del bordón se dice que tenía un significado místico en cuanto se consideraba el tercer pie del peregrino y debía recordarle en todo momento la fe en Dios.
Es un símbolo de prueba de sacrificio y despojo, condiciones ambas que preparan para recompensas que esperan al final del viaje o peregrinación de la vida, para aquellos que resistan y superen todas las pruebas.
El báculo es la simbolización del poder, es un atributo que utilizaban los antiguos en sus largas caminatas, llamados también cayados, y servía para apoyarse en ellos, y descansar el cuerpo.
Los pastores lo usaban, no solo para el apoyo o descanso, sino con objeto de atraer al rebaño las ovejas que se separaban.
A efectos prácticos, está claro que servía históricamente como medio de defensa ante animales y hombres, y también como ayuda física para saltar charcos, muros o simplemente acompañar los pasos, descansando parte del peso sobre este punto.
Entendiendo así el bordón o báculo, pasa a constituirse como el sustento físico del peregrino.
En la Iglesia Católica lo utiliza el Obispo como símbolo para conducir espiritualmente a sus feligreses, por los caminos del amor y del bien. Es el signo de su función pastoral, que se le entrega en su consagración.
Sostén o cayado –mishan- representa para la Religión Hebrea, reconocer que los malos momentos también pueden ser utilizados para construir lo que es positivo; que son un soporte para algo superior ¿Cuál es este soporte que descubre la chispa de luz en la oscuridad? Pues, es la Torá.
Junto a la vara, manifiesta la confianza del salmista en el Eterno, pues sabe que los dolores del momento, si son bien aprovechados, exigirán que crezca a pesar de la adversidad, y por tanto encontrará un prado de mayor tranquilidad que el que había abandonado antes de la crisis.
En algunos orientes masónicos el Maestro de Ceremonias debe siempre tener el báculo en la mano izquierda, pues es parte importante de su decoración y es el símbolo de su cargo.
En nuestra Orden también son símbolos para conducir. Significan la experiencia y el ceremonial.
Los hermanos responsables de portarlo tienen a su cargo las ceremonias para lograr la solemnidad necesaria, y conducir todas las actividades litúrgicas.
Los báculos cruzados, formando bóveda, simbolizan Honor o Júbilo. Portados bajo del brazo y con un crespón negro simbolizan Dolor y Pena, y se utilizan en las Ceremonias de Dolor.
GLP:. Louis Hernández (FLU)
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