En varias ocasiones hemos mencionado que en el Ritual de Trabajo para las Sesiones, está entretejida la Doctrina y Enseñanzas de nuestra amada Institución. Más aún, en las palabras desde la Apertura hasta la Clausura, está el “mensaje secreto” de la Orden.

Y ese “mensaje secreto” es en sí la Mística de la Orden Caballero de la Luz. ¿Qué somos? ¿En qué creemos? ¿Por qué existimos? ¿Cuáles son nuestros fines y metas? ¿Cuál es nuestra filosofía? ¿Qué condiciones hay que poseer para poder pertenecer a esta Institución Fraternal? Estas, y otras preguntas que frecuentemente nos hacen en el mundo profano, tienen las respuestas en el estudio y trabajo que cada iniciado adquiere con su esfuerzo y dedicación.

A través de símbolos y palabras está sembrada la enseñanza filosófica. En el transcurso del ascenso de los grados, adquirimos las herramientas para convertirnos en un Caballero de la Luz, o en una Sacerdotisa del Hogar.

Desde que el hermano o hermana que preside la sesión exclama: “EN LOGIA, HERMANOS”, ya entramos en el umbral del aprendizaje. El grado de Discípulo es el primer peldaño de una enorme  escalera en el conocimiento y la sabiduría hacia una verdadera LUZ.

En las pocas palabras que hasta ahora hemos recreado, ya hemos “dejado caer” piezas del rompecabezas filosófico de esta Institución de hombres y mujeres dignos.

“…ES LA HORA EN LA QUE LOS HERMANOS ACUDIMOS AL TEMPLO, LLENOS DE FE, PARA PODER RENDIR CUENTA DEL CUMPLIMIENTO DE NUESTROS DEBERES, Y PREPARAR NUEVAS LABORES…”

Se señala que nos estamos reuniendo en un TEMPLO. ¿Es que acaso nos reunimos en un local religioso? Entendamos que la palabra LOGIA es un conjunto de hombres o mujeres, o juntos, hermanados para las tareas de la Fraternidad Universal. Y TEMPLO es el lugar consagrado al que acudimos para dar cuenta de nuestras tareas, y preparar nuevas labores.

Esas “NUEVAS LABORES”, son las “labores fraternales”, como las visitas a logias hermanas, las visitas a hospitales, para rendir el informe posterior de la salud de los hermanos ingresados, así como el estado físico de los familiares de los hermanos.

Y cuando decimos “PREPARAR NUEVAS LABORES”, nos referimos a la inquietud que debemos tener por todos los hermanos y hermanas enfermos, o con problemas.

Precisamente ser un hermano o hermana fraternal, es convertirse en un Apóstol de Don José de la Luz y Caballero, y asimilar en nuestros espíritus que esos hermanos y hermanas que nos acompañan desde el instante de su iniciación, son partes de nuestra “nueva familia”.

¡ACUDIMOS LLENOS DE FE! Esto es definitorio. Si el nuevo Discípulo no “siente” ese “toque especial” espiritual, de saberse parte de un todo, y que nos impulsa al máximo sacrificio, entonces…no esta en el camino correcto. Es decir, que no ha comprendido la primera enseñanza de “en qué consiste ser un Caballero de la Luz, o una Sacerdotisa del Hogar”.

 

GLP:. Alberto C Jane (FLU).

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