La democracia, como concepto es las diferentes formas de ejercer el poder político del pueblo y para el pueblo. Este concepto se dice de muchas maneras, pero básicamente es eso; que el gobierno respete la opinión del pueblo, lo que es decir la opinión de la mayoría representativa. Se dice en unas pocas líneas, hacerlo realidad es tarea ardua; lograda por pocos y sostenida en el tiempo por menos.
Esta reflexión está dada por el hecho, de que en general, deseamos lo mejor para nuestros prójimos más próximos… y comprendiendo que, lo mejor para cada individuo, es diferente, desde su percepción, se necesita buscar permanentemente el criterio de la mayoría, como método eficaz para establecer los necesarios y a veces evasivos consensos de opinión. En este sentido, el cómo lo hacemos. Podría ser la diferencia que marca la diferencia y señalo a las elecciones democráticas como el camino.
La libertad es un derecho universal y la democracia sugiere la forma de ejercer ese derecho. La república es el gobierno de la ley, la democracia es el gobierno de la mayoría y del consenso.
Los Caballeros de la luz como Orden fraternal y sociedad filantrópica apunta a la excelencia (o debería), a perpetuar el impulso de la mejora individual y colectiva, intra y extramuros, a lo largo de la historia hemos sido fieles garantes de la Libertad, paladines de la cultura y promotores de los mejores valores cívicos, aportando a la sociedad hombres y mujeres con altos estándares de pensamiento y acción democráticas.
Si bien queremos está libertad para cada persona en el planeta, obviamente debemos primeramente cultivarlas en nosotros mismos.
Los tiempos cambian y es preciso cambiar con los tiempos y evolucionar democráticamente.
Necesitamos extender una proyección democrática no solo hacia la manera con la cual observamos los gobiernos, sino de la forma que seleccionamos los criterios más útiles, socialmente hablando y menos visearles en cuanto, a que valores promueven una elegibilidad en opción a los mismos, o sea que debemos ser capaces de exportar a la sociedad esos valores de pluralidad democrática que bien cultivados dentro de nuestros templos podrían aportar a la necesaria actualización de los sistemas en el libre ejercicio de la libertad en democracia.
Hay mucho por hacer y analizar. Mientras más enfocado, práctico y bien intencionado sea este proceso más rápido veremos los resultados que todos merecemos y deseamos.
Hno.: Jorge Enrique Gómez Arrón
L.P:. Javier Alvarez Rodríguez
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