El día 28 de Enero de 1853 en el cielo de Cuba se posó una estrella. Su luz penetró las cerradas penumbras de la colonia. Descubrió esclavitud y miserias infinitas; cadenas ignominiosas que laceraban la carne y el espíritu; despotismo cruel; rostros contraídos que miraban hacia lo alto en demanda de redención. Había un contenido clamor de justicia en todos los pechos, acumulados a través de siglos de vasallaje, pero faltaba el guía que lo convirtiera en un grito de libertad, rotundo y unánime.

Si los hombres comunes hubiesen tenido ojos con que ver esa estrella, los déspotas hubiesen tenido temblores de terror y de impotencia, y los sojuzgados habrían entonado una aleluya de fe y de esperanza.

Llegó suavemente, sin fragores de tempestad, como en la transición de la noche al alba, porque habría de hallar acomodo en el medio hostil y cobrar fuerzas, antes de que la maldad pudiera frustrar el ideal que encarnaba.

Después llegó la época de la formación y mano apta y espíritu alto lo orientaron.

Comenzada apenas la adolescencia, ya la voz de lo hondo exaltaba y conminaba. “Abdala”. La Patria era acumulación de lucha que sólo cesaría en Dos Ríos.

Por íntegro y leal un zarpazo de la tiranía rasgó sus carnes de adolescente. Fue la primera prueba, el presidio, las canteras.

El 15 de enero de 1871 embarcó hacia Cádiz y en junio con más de 18 años recibió la luz masónica. Su profesor le impuso el mandil del obrero Aprendiz, y su buen amigo ofreció una digna semblanza del joven que ardía por libertar a su patria.

Empezó un peregrinar sin tregua, añorando la patria irredenta. Él le dio un abrazo a los robles viejos en nombre de los pinos nuevos.

Ingresó en la Logia “Perseverancia # 6” de la Orden Caballeros de la Luz. El 17 de febrero de 1892 afirmó en un discurso que no vio ni casa ni tribuna en Tampa y Key West sin el retrato de Don José de la Luz y Caballero. Y el día 3 de abril dijo que: “En las sociedades secretas, en los Caballeros de la Luz y los masones, cultivaban cubanos y puertorriqueños las virtudes republicanas”.

En Patria publicó: “Otros cubanos, menos preparados acaso para el conocimiento de la virtud republicana desmienten, en el templo blanco y azul de los Caballeros de la Luz”.

Quería que la Patria estuviera integrada por un pueblo útil y pacífico, de hombres verdaderamente libres.

El poeta, el escritor, el periodista creaba el Partido que nos llevaría a la Independencia. Y fue a los campos a combatir. En Dos Ríos ascendió a la gloria. Murió el idealista, nació el Apóstol.

Nos dejó sus enseñanzas. Su prédica. Su verbo encendido y apasionado. Hoy llama desde sus huesos, grita desde las páginas de los libros. No es una súplica es un grito de guerra y de honor.

El hombre que se reveló poeta a los 8 años de edad y que hasta los 42 no había soltado la pluma, murió sobre un caballo, con un revólver en la mano. Esa es la lección y no hay otra. La lección del coraje en pie, contra todo y contra todos los poderes oprobiosos. El mandato de un bravo que sabía llegar al abandono de su propia vida cuando lo que estaba en juego era la independencia de su Patria.

MLP:. MANUEL MEDINA

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    Jorge Romero

    Repito “EXCELENTE”

    “las virtudes republicanas”.

    mayo 19, 2023
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    Javier

    Excelente

    Honor a quien Honor merece

    mayo 19, 2023

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