Los Hermanos que llevaron adelante la fundación de la Orden Caballero de la Luz, el día 9 de mayo de 1873, tenían una idea clara de qué virtudes se esperaban de un miembro. Ellos, herederos de una tradición masónica de siglos, sabían que el que dedica su vida a la construcción de un Templo interior, en su corazón, debía tener las virtudes de aquellos hombres que hicieron posible la institución de la escuadra y el compás.
Si nos preguntan ¿qué esperamos de un verdadero miembro? Responderíamos contundentemente: Para trazarte el perfil del verdadero Hermano, es preciso que esté provisto de las cualidades siguientes:
De una verdadera creencia en el Sublime Luminar del Universo, que es Dios. De un leal y puro amor por su Patria. De una rectitud de conducta perfecta. De un respeto, sin límites, hacia sus semejantes.
Del real conocimiento de cómo la formación del corazón debe hacerse y cómo se puede llegar a buscarla. De una pura caridad hacia todos los que lo rodean.
De una ausencia total de envidia y de celos. De cumplir exacta y religiosamente los compromisos contraídos durante su paso por las ceremonias de iniciación de cada grado. Así como los que se contraen en la sociedad civil.
De ser desinteresado. De renunciar a todo amor propio exagerado, y al orgullo fuente principal de todos los males de este planeta. De no ser rencoroso. De trabajar en el conocimiento de sí mismo. De laborar, día tras día, en mejorar su corazón y hacerlo más sensible. Y de persistir en el cumplimiento de todas estas virtudes hasta el final de su carrera.
Aquel que cumpla estas reglas escrupulosamente es un verdadero Caballero de la Luz y una verdadera Sacerdotisa del Hogar.
Renunciemos solemnemente a todo lo que sea contrario a estas virtudes. Si son ejecutadas exactamente por cada uno en lo que le sea posible, necesariamente resultará como mayor y única ventaja que nos perfeccionaremos y lograremos que los otros intenten superarnos para un verdadero bienestar de la raza humana, teniendo como consecuencia que la miseria y las necesidades de los desdichados serán socorridas, y los injustamente oprimidos serán asistidos, encontrando un verdadero asilo junto a nosotros. Eso quisieron nuestros fundadores y a eso tenemos que encaminar nuestros esfuerzos.
GLP:. LUIS HERNANDEZ (FLUF)
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