El emblema de la Logia Amor y Hogar No. 11 es una representación visual profunda de los principios que guían a esta casa de Sabiduría, Humanidad y Virtud. Su diseño heráldico y armónico recoge los símbolos tradicionales de la Orden, adaptados al espíritu de las Sacerdotisas del Hogar, quienes perpetúan el legado de la luz desde el pilar de lo femenino.

En el centro, se encuentra la flor trinitaria de tres pétalos, cuyas letras inscriptas revelan la esencia de su misión:

F (Familia): El pétalo rojo representa el amor maternal, la protección, la raíz sagrada del hogar. La letra F simboliza el valor de la unión familiar como célula espiritual de la sociedad.

H (Humanidad): El pétalo blanco, fuente de pureza y compasión, porta la letra H, emblema de servicio desinteresado hacia el prójimo, sin distinción de credo, raza ni condición.

B (Benévolencia): El pétalo azul, color de la serenidad y la sabiduría, lleva la letra B como representación de la obra benefactora, el auxilio al necesitado y la justicia con misericordia.

En la base de la flor, la balanza dorada simboliza el equilibrio entre el dar y el recibir, entre el amor y el deber, entre el corazón y la razón. Es la justicia ejercida con ternura, principio rector de toda acción fraternal.

El sol dorado que irradia desde lo alto del escudo es la Luz de la Verdad, que guía a las Sacerdotisas en sus actos y pensamientos. Su posición sobre el corazón del emblema recuerda que toda luz verdadera nace del interior.

El collarín rojo, con una estrella blanca por cada lado, evoca la dignidad y la investidura ceremonial de las sacerdotisas, guardianas de la tradición. Su forma abierta simboliza la disposición al diálogo, la acogida y la entrega.

Los ramos de laurel a cada flanco representan la victoria del espíritu sobre la materia, la perseverancia en el camino ético y la gloria conquistada a través del servicio y la bondad.

Finalmente, el Nombre de l logia, Amor y Hogar, que corona el escudo, resume la vocación de esta logia: sembrar luz desde el núcleo más íntimo de la existencia humana —la familia— y expandirla hacia toda la humanidad con espíritu de fraternidad, hospitalidad y amor universal.