Cada primero de mayo, el mundo celebra el Día Internacional del Trabajo, conmemorando la lucha histórica por la dignidad de los trabajadores, la justicia social y la defensa de los derechos humanos. Para la Orden Caballero de la Luz, esta fecha no es solo una efeméride laboral, sino una oportunidad para reafirmar los valores esenciales que han guiado a la institución desde su fundación: el trabajo constante por el perfeccionamiento moral, la superación intelectual, la integridad y la libertad.
La Orden no es una organización cualquiera. Nació del esfuerzo de patriotas comprometidos con las causas más nobles de su tiempo, conscientes de que la verdadera emancipación del ser humano no se limita a las cadenas físicas o políticas, sino que exige la liberación de la ignorancia, el egoísmo, la injusticia y la mediocridad.
El trabajo, en la visión del Caballero de la Luz, es más que una obligación material: es una vocación espiritual. Trabajar sobre uno mismo, edificar el propio carácter, aprender cada día, servir al prójimo, defender la verdad, practicar la virtud y sostener la justicia son tareas fundamentales que ennoblecen y dignifican al ser humano.
El esfuerzo constante por el perfeccionamiento moral y la superación intelectual es una de las columnas que sostienen a la Orden. No se concibe un verdadero Caballero que no aspire a ser cada día mejor, que no busque la luz del conocimiento y que no cultive las virtudes que elevan el alma y fortalecen el espíritu.
A la vez, la vocación de servicio es parte esencial de esta labor. El Caballero de la Luz no se realiza solo en el cultivo interior, sino que proyecta hacia los demás los frutos de su aprendizaje y de su virtud. Está llamado a ser constructor de puentes, sembrador de esperanza, hermano del necesitado, defensor del débil.
Pero ninguna de estas aspiraciones tendría sentido sin el compromiso irrenunciable con la libertad. La Orden ha sido, es y será defensora de la libertad en todas sus formas: libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión, de acción. Por ello, combate toda forma de opresión, de tiranía, de explotación y de ignorancia. Porque la verdadera luz es incompatible con las sombras del abuso, de la injusticia y del fanatismo.
En este primero de mayo, mientras el mundo rinde homenaje a los trabajadores, la Orden Caballero de la Luz reafirma su compromiso con el trabajo noble y constante, no solo en el campo material, sino en el ámbito moral, intelectual y espiritual. Porque solo el trabajo digno, guiado por principios y virtudes, puede construir sociedades libres, justas y fraternas.
Que nunca falte la luz que guía nuestro andar.
Que el trabajo, la virtud y la libertad sean siempre los pilares de nuestra acción.
Que vivan los hombres y mujeres que luchan por un mundo más justo y luminoso.
LP:. JAVIER ALVAREZ RODRIGUEZ  (OCLU)

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