Centenaria Logia Hijos del Ariguanabo No. 9
Orden Caballero de la Luz
El emblema adopta la forma de un escudo heráldico que expresa, en su conjunto, la esencia, el legado y el compromiso eterno de esta Logia centenaria.
En el corazón del escudo, un triángulo equilátero dorado representa la Trilogía Fraternal de la Orden: Educación, Benevolencia y Fraternidad, siendo a la vez símbolo de equilibrio y unidad espiritual. En su interior, las letras D, H y L evocan los tres principios sagrados que rigen el obrar de todo Caballero de la Luz: Deber, Honor y Libertad.
Sobre el triángulo, se alzan dos alas doradas cruzadas, que simbolizan la elevación moral y la aspiración constante del espíritu hacia la Luz, mientras que la estrella radiante que las corona representa la sabiduría solar que guía la senda iniciática.
El fondo púrpura remite a la dignidad y a la profundidad espiritual del pensamiento fraternal, mientras que la presencia del río Ariguanabo recorriendo el paisaje alude a la tierra madre que vio nacer esta Logia, y a la corriente continua del conocimiento y la tradición que fluye de generación en generación.
Las franjas azul, blanca y roja integradas al diseño evocan la cubanidad de la Logia, su amor por la patria y su compromiso con la libertad y la justicia social, valores que la Orden ha cultivado desde sus raíces.
El número 9 reafirma su identidad histórica como una de las columnas fundacionales de la Orden en Cuba, y su membresía dentro del llamado Triángulo Perfecto, junto a las logias Realidad No. 8 y Optimismo No. 10.
Finalmente, las cintas que rodean el escudo no solo nombran, sino honran: al proclamarla Centenaria, se reconoce el testimonio vivo de más de cien años de luz, enseñanza y fraternidad, irradiando desde San Antonio de los Baños hacia toda la nación.

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